domingo, 16 de febrero de 2014

Puede que, en ocasiones, todos necesitemos unas "gafas de ver"

Carlitos es un niño pequeño y bajito que solo tiene ojos para Inés. Sin embargo, ella, una niña alta y guapa que atrae todas las miradas, nunca lo ve. Él hace todo lo que está a su alcance para hacerse notar, pero no hay manera: para Inés es como si él no existiera. La esperanza le llega el día que Inés anuncia en la escuela que le van a poner “gafas de ver” y Carlitos se convence de que sus miradas por fin se cruzarán…
Carlitos podría ser un niño como cualquiera, incluso, un adulto como cualquiera. Sí, sí!! Como lo oís! A veces, nos encabezamos en una cosa y no abrimos los ojos a lo que tenemos más cerca y, por eso, nos perdemos cosas importantes en la vida. Hay que abrir bien los ojos, estar atentos a lo que nos rodea porque sino, podemos hasta perdernos el amor de nuestra vida.
Margarita del Mazo nos trae esta simpática historia de Carlitos y sus gafas de ver. Este simpático personaje hace todo lo posible para que Inés le vea y se fije en él: se pone de puntillas para parecer más alto, coge aire para parecer más grande,... Realmente, Carlitos hace todo lo imposible para que Inés se fije en él pero no lo consigue. Y es que, por amor, hacemos todo, hasta las tonterías más grandes.

Pero el día en que Inés anuncia que se va a poner unas "gafas de ver", aparece la esperanza de Carlitos pero todo se queda en eso en una esperanza. Carlitos no se rinde -¡lo que hace el amor!- y decide buscar sus "gafas de ver": desde las gafas de sol hasta las de tres dimensiones, pero con ningunas conseguía lo que quería. Se probó unas cuantas más, incluso unas de rayos X que decidió no ponerse más, ¿por qué?

Pero Carlitos continuó con su idea de conseguir sus gafas de ver. Cuando de verdad lo consigue, ¿sabéis que descubrirá? ¿le verá al final Inés? ¿Carlitos necesitaba realmente unas gafas de ver?

Una historia divertida, simpática, bien construida, donde un niño es el protagonista, un niño pequeñito que descubrirá finalmente muchas cosas más, sólo tenía que abrir un poco más los ojos.

Las ilustraciones sencillas de Guridi, en un trazo casi limpio sin más color casi que el negro, rojo y azul, en fondo blanco, da ese toque simple para que destaque la historia pero divirtiendo con esos pequeños detalles que aportan los dibujos de este ilustrador. Alguien dijo alguna vez que los enamorados tienen pajaritos y corazones rondando su cabeza, ¿los buscamos en este cuento?

Una superrecomendación para este mes de febrero. Un libro cálido y simpático para los más pequeños y para toda la familia. Para que les acompañéis en sus primeras lecturas con un personaje infantil como ellos.

¡Vamos a abrir bien los ojos por si acaso, así no nos perderemos nada, ni este pequeño pero GRAN álbum!

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